Padres de todo un pueblo:
Escribo porque creo que es una oportunidad única de llevar al mundo lo que piensa una joven cubana de 19 años sobre ustedes. Debo partir de que los veo a cada uno como a mi padre, porque sé que como ustedes, sacrificaría mucho por defender sus principios, por defender a su familia; pero ustedes van aún más lejos, ustedes protegen a todo un pueblo, ¿cómo es que aún hay quienes prefieren cerrar los ojos ante esta realidad?
Llevo algunos años intentando comprender cuál es el motivo que los tiene encarcelados allá, lejos de sus familias, no solo por el hecho de repetir lo que mis padres y profesores aseveran, sino para ser capaz de ayudar desde mi posición, porque ahora, después de tanto estudio e investigación, además de entender las causas y el papel invaluable que jugaban allá, en la mismas “entrañas del monstruo”, como nuestro Martí, creo que es injusto que estén separados de las personas que aman por ser ejemplos de dignidad, valentía; por intentar revolucionar lo que está acabando con la humanidad; pero creo además, que no podría concebir la vida sin mi padre, ese es mi “motor impulsor”, porque es imprescindible para un hijo la presencia de ese papá Grande que te llena de orgullo y te hace palpitar fuerte el corazón.
Hoy estudio en una universidad que estoy segura me entregará a la sociedad como una profesional de estos días, íntegra, revolucionaria, y es que me rige el liderazgo de nuestro comandante y el paradigma del camino que ustedes han marcado y que citara Gerardo en su alegato: “Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria”. Ese ha sido el mayor mérito, están en cada hogar cubano, en cada escuela, en cada joven, en mí- y es que nuestro pueblo no se ha dejado vencer por dar hijos como ustedes.
Estoy segura de que finalmente la justicia vencerá, ya somos muchos luchando por ustedes, me he quedado sorprendida al ver cuántas manos amigas han brindado su apoyo en esta batalla; cuántos, de todo el mundo hacen suyo nuestro dolor por no tenerlos aquí, en cada 1ro de enero, en cada 26 de julio, en nuestras fiestas -muy cubanas-, en nuestras navidades.
Reciban todo nuestro amor y respeto por la causa que defienden; han mostrado al mundo nuestra estirpe con el mismo valor y orgullo con que nuestros héroes luchaban por nuestra libertad; son héroes de hoy, héroes de siempre.
Estaré creciendo para ustedes, para que se llenen de orgullo al encontrar de regreso en su hogar, las semillas germinadas que han sembrado con su ejemplo.
¡Hasta la victoria siempre!
Chavelys Tellez Larramendi
Granma, Cuba